AÑO NUEVO
No sé cómo empezar este año nuevo para entrar con buen pie. La situación del país, de los países, del mundo …, meten el corazón en un puño. Y no es para menos. Vivimos la gran revolución de una nueva esclavitud: los indignados, los desesperados, los parados, los olvidados, los solitarios, los desconfiados, los amargados, los despedidos, los separados, los hambrientos, los oprimidos, los depresivos y los OPULENTOS: banqueros, mercantilistas, observadores financieros, políticos…, que, a la caza, vigilan, pesan, miden y exigen, a las más débiles medidas restrictivas en sus escasas economías y en su hipotético estado del bienestar. Esto se ha convertido en una merienda de lobos. ¡Sálvese quien pueda!, si es que puede. De todos modos y, a pesar de los pesares, una se escapa, fabula, sueña y vive su día a día, convencida de que es mejor así, pero sin olvidarse de alargar la mano para hallar la otra que te necesita. Una que es poeta o eso dicen, se ampara en un verso, a ser posible de amor, porque amando, quizás haya alguna posibilidad de que alguien te ame.